Sliidee

martes, 13 de abril de 2010

Amigos.

Me hizo escuchar la canción más de ocho veces antes de oprimir el botón de Pausa.
-Ahora la cantaras tú -me dijo.
Con un bufido casi inaudible, me pare y comencé a cantar.
Cuando termine, aplaudió, pero ni hizo ningún comentario.
-Podrías decirme tu nombre, así podríamos ser amigos.
-No lo se... Tú quieres ser mi amiga? -pregunto.
-Claro.
No dije nada mas, no quería que dejara de pensar lo que sea que estuviera pensando.
-Esta bien... Me llamo Sam.
Trate
de sonreír.
-Okay, Sam. Ahora somos amigos.
Por la forma en que hablaba, se notaba que tenía algún problema de aprendizaje, no parecía tener la mente de un adulto. Más bien de un niño de 10 o 12 años.
Esa noche me trajo la comida el mismo.Por primera vez en todos los días que estaba allí, no me trajo pan y agua.
-Pensé que esto te iba a gustar más -dijo entregándome una bolsa con dulces.
-Gracias, Sam. Podría ver tu rostro?
Se encogió.
-Solo se lo muestro a mis amigos.
-Pero nosotros somos amigos, recuerdas, Sam? Yo soy tu amiga -y sonreí con calidez.
Titubeo un momento, pero después se retiro la mascara.
Sus ojos negros parecían asustados, y sus finos labios formaban una línea curva hacia abajo. Tenia una nariz bastante grande, que el hacia tener un aspecto desproporcionado. Una mata de pelo color paja le cubría la cabeza, aunque comenzaba a quedarse calvo.
-Que lindos ojos -lo halagué.
-Apúrate, comete los dulces que hay que irse a dormir, es muy tarde.
Por más que no me gustaran mucho, sabían rancio, me los comí todos para no hacerlo enfadar.
-Gracias -le dije mientras le entregaba la bolsa vacía.
Me dormí enseguida. Los nervios y ansiedad te dejan más exhausta de lo que pensaba.

Pasaron dos días más sin señal alguna de que me estuvieran buscando.
Mi tía era una de las protagonistas de CSI: New York, Melina Kanakaredes. Se suponía que, por más que no fuera criminalista de verdad, tendría que saber que hacer en estas situaciones. Su papel le exigía saber un poco del tema, y ella había tenido varios capítulos con secuestros, y siempre terminaban encontrando a la victima.
Pero que tonta soy. Como podía engañarme a mi misma de esta forma?
Esto no es un programa de televisión, ni nada parecido. Esto es la vida real, y no todo siempre se soluciona como se quiere.
Un ruido me saco de mis ensoñaciones. Parecía como si alguien estuviera golpeando a otra persona.
-Sam? -mi voz temblaba.
Nadie contesto.
Me levante de la cama muy despacio, procurando no hacer ruido. Fui muy despacio hasta la puerta y pegue el oído contra la madera.
-Te
he dicho que no le mostraras tu cara, estúpido! Y ahora sabe tu nombre! Eres un gilipollas! -dijo alguien de voz muy ronca. Después de esas palabras se escucharon varios gemidos y gimoteos.
Trate de mover lo que tapaba el agujero, pero era demasiado pesado, y no pude.
Escuche pasos dirigiéndose hacia donde yo estaba, entonces corrí hasta mi cama y fingí estar dormida.
Una mano bastante grande me acaricio el rostro.
-Es una belleza... y es solo mía...

Espero que les guste el cap. A mi me gusto bastante.

Por favor comenten y recomienden el blog!

Cuídense, Lali.

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