Sliidee

sábado, 1 de mayo de 2010

La huida.

Hace exactamente ocho días que estaba aquí.

Y no tenía muy buen aspecto. Había adelgazado como doce kilos por los nervios y por no comer, estaba toda sucia con las ropas desde hace una semana, y llena de pequeños cortes y cardenales, ya que el hombre alto de ojos grises tan fríos como el hielo, me pegaba cuando no hacia lo que el quería, y tampoco me vendrían mal unas cuantas horitas de sueño.

En cambio, Sam trataba de ser <<comprensivo>>. Cuando el hombre de ojos grises no estaba, el me traía caramelos y me daba vasos con agua.

-Sam...? –el se volteo. Tenia un ojo morado y un corte grande en al mejilla por la golpiza que el otro hombre le había dado hace unos días- Como se llama el señor de ojos grises?

El se estremeció.

-No puedo decirte –sacudió la cabeza-, si no me va a pegar de nuevo.

-No tiene porque saberlo, podría ser nuestro secreto –y le sonreí.

Dudo un momento.

-Está bien, se llama Ronny, pero no puedes decir N-A-D-A.

-No te preocupes.

Ronny... había escuchado ese nombre antes, pero en donde?

Mire por la ventana, y por poco se me para el corazón.

-CULLEN!

-Que? Quien es? Que pasa?

Me di vuelta para darle la cara a Sam.

-Nada, me había quedado dormida, no te preocupes.

Se la trago.

-Que hacia Cullen ahí afuera? Como me había encontrado? Como sabia donde estaba? Y si Ronny estaba allí abajo? Y si le pasaba algo?

Escuche que alguien tocaba timbre. Yo siempre pensé que esto era un depósito o algo parecido, pero nunca una casa.

Nadie abrió. El hombre de ojos grises no estaba, que suerte...

-Sam, están tocando la puerta, porque no vas a abrir?

-Buena idea.

-Pero antes, te importaría abrir la ventana, me esta dando calor.

En silencio la abrió.

Cuando se fue, saque la cabeza por la ventana, no estaba tan alta.

Lo peor que me podía llegar a pasar era romperme un hueso, pero lo dudaba mucho.

Saque un pie, después el otro, y me deje caer.

La caída un hubiera sido mala, de no ser porque sobre mi codo. Este se rompió.

El dolor era espantoso, pero aguante el grito y las lagrimas y casi me arrastre hasta donde estaba el.

-Sophia! Estas bien?!

-Shh... Calla, que Sam esta por bajar. Vamos a tu coche rápido.

Nos subimos los dos y nos alejamos a toda velocidad.

Cuando estuvimos lo suficientemente lejos, nos salimos de la carretera y el me abrazo muy fuerte.

Grite de dolor. Todas las lágrimas contenidas desde el día que me habían llevado empezaron a caer.

-Mi amor, que te pasa!?

-Cuando me tire pro la ventana, me rompí el codo, pero no es nada.

-Si, y yo estuve pensando en sacarme el ojo, pero no es nada. Vamos, te llevo al hospital.

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